Un encuentro casual con una mujer que experimentaba inseguridad de vivienda reveló una verdad simple: el acceso a tampones y otros productos de higiene menstrual está obstruido en comunidades vulnerables debido al costo, la disponibilidad y la portabilidad.

 

Los productos de higiene menstrual sonprohibidamente caro(gravados a nivel estatal en muchos casos), y su embalaje a granel puede hacer que seadifícil justificar el costo,especialmente si los fondos o el espacio son limitados. Además,la menstruación es injustamente estigmatizada, y aquellas que necesitan suministros de higiene menstrual se enfrentan a juicios o burlas, lo que puede generar sentimientos de vergüenza y vergüenza.

 

Esto nos hizo pensar:¿Quién más podría pasar sin suministros menstruales y cómo podemos ayudar a aumentar el acceso a los suministros y crear conciencia sobre la importancia de los productos de higiene para la salud mental?